
Gracias a mi queridísima hermana (por regalarme una caja de experiencia gourmet) pude disfrutar de una bonita cena degustación en este bar-restaurante.

Situado a un minuto de la salida de metro y renfe de Delicias aunque en una calle poco apetecible. El sitio, como bar, es pequeño aunque luego tiene un salón al que no nos pasaron. La decoración es muy bonita, en especial la de los baños.
La comida estaba deliciosa, con una gran variedad de colores, sabores y texturas(faltan fotos de platos pero me pudo el ansia). Para mi, el plato estrella son las berenjenas fritas, impresionantemente buenas.


Es un lugar bastante interesante y bonito para tomarte un vino en una zona que la verdad, no tiene mucho mas que bares típicos de toda la vida. Las copas de vino no son muy caras, pero se les va la mano con los precios de el resto de bebidas.
Realmente, es un sitio al que, si no me hubiesen regalado la caja gourmet, jamás hubiese ido porque no es un sitio barato ni está en un lugar fácil para encontrarlo.
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