Como fan incondicional de la primera parte de 300, me dispuse con una gran ilusión a ver esta segunda parte tan esperada y, no salí muy decepcionada, pero esperaba algo mejor.
No está ni por asomo tan bien como la primera ya que se crecen con los efectos especiales y acaban haciendo que sea aún mas irreal, en especial con la sangre.
La historia no sigue la línea de la primera ya que pasamos de la historia de Esparta, a la historia de Atenas que, para los que no lo sepáis, es una correlación histórica ya que la guerra contra los persas empezó en las Termópilas y el siguiente paso fue la victoria en la batalla de Salaminas, que es de lo que trata la película.
Es menos impactante que la primera, no te hace sentir ese subidón de poder con toda la fuerza espartana pero, a mi como estudiante de humanidades me hizo ilusión poder escuchar palabras como hoplitas y trirremes que tantas veces he tenido que traducir.
Al igual que en la primera parte, abundan los hombres buenorros, aunque en algunos casos están un poco mal conseguidos esos abdominales que los caracterizan.
Cuestión aparte es la escena de sexo (parece que siempre tiene que haber alguna) completamente innecesaria, inexplicable y tan extraña que te trastoca la mayoría de la película. Y, para mi gusto, Eva Green si vas a enseñar las tetas por lo menos opérate para no tenerlas caídas, que seguro que te sobra el dinero para poder hacerlo.
Lo mejor de la película, a parte de el final en el que los espartanos (sobre todo su reina) vuelven a salvar el culo a Grecia, es la actuación de Jack O'Connell, para mi más conocido por su papel en la serie de skins dando vida al mítico Cook. Quizá su papel no sea nada del otro mundo pero creo que es un buen comienzo para que se le empiece a ver de una forma más internacional. Se está formando una nueva estrella, ya lo veréis.
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